Tiempos convulsos

Florentino Peralta
09-10-2018
En Hidalgo corren malos tiempos para el entendimiento. Poco duró el periodo de conciliación para radicalizarse con mayor fuerza. Por vez primera, al menos en la historia reciente, la Cámara de diputados no solamente entró en coma legislativo, ni siquiera fue instalada conforme mandata la ley. Estos son tiempos donde la confrontación política se escuda a nombre de batallas legales.
La presidencia de la Junta de Gobierno de la LXIV Legislatura del Congreso del Estado de Hidalgo representa una nueva pulsación o el recrudecimiento entre las relaciones políticas que cursan el gobierno de la entidad y el Grupo Universidad, bajo las siglas de Movimiento Regeneración Nacional (Morena), que luego de tomar unos días de descanso volvieron a contraponer intereses.
La suerte y los escenarios políticos son de quien los trabaja. Atinar los alcances o las restricciones de los acuerdos aparentemente alcanzados resultaría aventurado y en consecuencia desmesurado señalar cuáles serían los puntos incumplidos entre las partes. El tema visible es que el grupo parlamentario de Morena contaba con presidir el primer año de ejercicio constitucional del Congreso.
Aquella operación política-legislativa llevada a cabo desde julio pasado, y que derivó en la confrontación entre granaderos, simpatizantes de Morena y anexas a las afueras del Congreso del estado, continúa dando ventaja a la histórica mini bancada priista -conformada por cinco integrantes- que logró hacerse de la presidencia de la Junta de Gobierno con ayuda de otras minorías.
Como Morena consiguió la mesa directiva de mes, su presidente Humberto Augusto Veras Godoy ordenó un receso indefinido que aprovecharon los 17 integrantes de la fracción para recurrir nuevamente a sus liderazgos nacionales y solicitar su intervención, en este caso al senador Ricardo Monreal Ávila para manifestarle su intención de desaparecer los poderes en Hidalgo.
Ante la falta del eco esperado a esa solicitud, los diputados de Morena tuvieron que reanudar la sesión, tras 48 horas de vacío, donde se mostraron ineficaces en su pretensión de modificar el voto (de simple a ponderado) para poder encabezar la Junta de Gobierno durante el primer año. Resulta difícil no hacer patente que ante su falta de recursos políticos volvieron a abandonar el recinto.
MÁS ¿ABRAZOS NO BALAZOS?
Mientras el presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador continúa con la prédica de su república amorosa en Hidalgo se incrementa la tensión. Ese receso decretado durante la sesión constitutiva de la LXIV Legislatura local derivó en que el segundo informe del gobernador, Omar Fayad Meneses, fuera ingresado a través de la Oficialía de Partes (una de las posibilidades legales para hacerlo) porque el periodo no ha sido instalado, al menos al cierre de esta columna.
Corren tiempos inéditos en la entidad. Los diputados locales de Morena apelan a los amagues como medida de presión, a diferencia de sus correligionarios en la Cámara federal que operaron alianzas con otros partidos para garantizarse el control de la Junta de Coordinación Política. La mini bancada tricolor en Hidalgo sí entabló acuerdos al interior de la Junta de Gobierno que le permitieron cinco votos a favor por dos en contra para retener la presidencia de ese órgano rector.
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