Docilidad legislativa
Florentino Peralta
03-25-2019
“Ser diputado es un orgullo que dura tres años y una vergüenza que perdura el resto de la vida”, frase hecha célebre en los corredores del Palacio Legislativo de San Lázaro por los propios representantes populares, que así demuestran la seriedad que le dan al encargo y que aplica también en las entidades.
Los integrantes de la LXIV Legislatura del Congreso del Estado de Hidalgo no dan tregua a sus dislates. La reciente visita del presidente del Patronato universitario, Gerardo Sosa Castelán para informar, que no comparecer, sirvió únicamente para que los diputados que viven bajo su cobijo se ratificaran ante él.
Gente como el presidente de la Junta de Gobierno, Ricardo Baptista González se ha encargado de abaratar la representación con su victimización y descalificación a los medios de comunicación, así como de desperdiciar este segundo aire político que vive, y que poco o nada abona a la causa universitaria a la que sirve.
Siempre se acusa a los legisladores en turno de desarrollar comparecencias a modo para los secretarios de estado, incluso que les entregan las preguntas con antelación, y esta representación de mayoría morenista no ha sido la excepción, lo hizo en noviembre y más, el viernes pasado con actitud desenfadada.
El pretexto de la convocatoria fue que, el ex rector universitario explicara el origen y destino de los más de 150 millones de dólares controvertidos por la Unidad de Investigación Financiera de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, aunque no tengan injerencia, pero solo fue para darle foro de deslindarse.
Dicho escenario era ya sabido. La ausencia de los diputados de oposición, que se fueron por la fácil bajo el argumento de no existir condiciones para ejercer sus eventuales cuestionamientos y de no legitimar este montaje con su presencia es inadmisible. Debieron asumir su responsabilidad y no temer a pronunciarse.
VÍA REFERENDUM
La perpetuidad de este tipo de legisladores de mayoría, reciclados de todos los demás partidos políticos, es latente ¿Por qué? La Ley de revocación de mandato es entendida como facilitadora a la reelección del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien a lo largo de los años entre más lo niega, más lo hace. La primera fase de ese ejercicio será empatar la consulta con las elecciones intermedias para renovar diputados federales, locales, gobernadores y alcaldes, donde buscará repetir el fenómeno de 2018 arrastrando bajo su popularidad a candidatos desconocidos para mantener el poder absoluto y entonces sí, quizá dure más de una década en el cargo, como Juárez.
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