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Agenda Setting 41

Baptista, complicaciones políticas

Florentino Peralta


05-06-2019


El presidente de la Junta de Gobierno del Congreso del Estado, Ricardo Raúl Baptista González, ha demostrado hasta ahora escaso oficio político y comienza a resentir ya las consecuencias de sus exabruptos, así como de haber conformado un equipo de trabajo mediante recomendaciones, principalmente.


Fue el 15 de septiembre pasado cuando prácticamente se develó que resultaría beneficiado tras la disputa entre PRI y Morena por la presidencia del Congreso local. Aparecer como representante del Legislativo durante las fiestas patrias fue el aviso que sustituiría al diputado universitario Humberto Veras.


Esa interlocución política que avizoraba su figura muy pronto se ha desdibujado con pobres manifestaciones públicas, como la hecha sobre el secretario de Gobierno, Simón Vargas Aguilar, a quien acusó de no ser hidalguense y exigir que se vaya, pues bajo esa perspectiva nada tiene que hacer aquí.


Los militantes fundadores de Morena han cuestionado a Baptista González atender los intereses del Grupo Universidad, fracción por la que accedió a la candidatura que lo llevó a la diputación por Tula, y relegar los temas de partido, señalamiento que desdeñó y luego quiso componer con un boletín.


En un intento desarticulado por deslindarse de los universitarios, negó desde la tribuna parlamentaria someterse a los intereses del presidente del Patronato, Gerardo Sosa Castelán, postura que pocos creyeron, además, significó deslealtad, pues fue quien lo rescató, le dio un cargo y más tarde la postulación.


Ahora sus diferencias son con las y los integrantes de la bancada que coordina, Morena, donde una se abstuvo y seis más votaron contra el acuerdo que le otorga la presidencia de la comisión que organizará los festejos del 150 aniversario del Poder Legislativo local, precisamente morenistas no universitarios.


ASESORADO

Ricardo Baptista abrió ya más frentes políticos de los que puede encarar. La división al interior de su fracción muestra su falta de oficio y que está más ocupado en actos protocolarios que en acuerdos políticos o en sumar para que Morena se consolide como partido, de cara al proceso para renovar ayuntamientos, puesto que la inercia de 2018 no será la misma en 2020. Ha evidenciado sus limitaciones al llenarse de asesores recomendados, que en algunos casos le han complicado más el escenario, como en la dirección de Comunicación Social, donde lleva dos relevos y cada intento ha sido más adverso, hasta enfrentarlo con la prensa.

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