Mucho ruido y pocas nueces

Florentino Peralta
09-02-2019
Finalmente, la reforma constitucional en materia electoral, esa que el todavía presidente de la Junta de Gobierno del Congreso del Estado, Ricardo Baptista dijo sería de gran calado, resultó apenas una modificación al Código.
Desde el año pasado inició el proceso de construcción y consenso entre los partidos políticos, que pasaron por el Instituto Estatal Electoral y aterrizaron con los diputados locales, quienes dejaron morir este intento de reforma.
El discurso de la austeridad al gasto se quedó en eso, ya que no quisieron entrar en materia para modificar los siguientes periodos de los ayuntamientos y del gobierno estatal para un futuro empate y consecuente ahorro económico.
La falta de condiciones políticas para proceder dio como resultado una escueta modificación a unos cuantos artículos que lejos de significar un avance, generarán al tiempo un problema en materia de financiamiento y certeza.
Bajo el pretexto de abonar a la austeridad republicana que pregona la #4T, eliminaron el bono económico que los partidos políticos repartían entre sus representantes de casilla, esos que eran algo más que observadores.
Durante años se acusó que la falta de representantes partidistas en todos y cada uno de los centros de votación propiciaba el fraude electoral, que a mayor número de acreditados por cada partido, más confiable era el resultado.
La desaparición del bono mermará la presencia de estos representantes y/o dará paso al ingreso de recursos económicos bajo términos poco claros, esos cuyo origen es imposible auditar y sus intereses difíciles de comprobar.
Sobre el flaco argumento de algunos legisladores, quienes evidenciaron su nula experiencia en procesos electorales, que el bono no llegaba a los representantes, resulta que es uno de los recursos más auditados y reintegrables.
Para magnificar la trascendencia de estas figuras, en 2006 el entonces candidato presidencial perredista, Andrés Manuel López Obrador sustentó sus impugnaciones con base en las actas de sus representantes electorales.
El proceso de reforma impulsado por la dirigencia estatal de Nueva Alianza llegó a su fin con las modificaciones realizadas por la fracción legislativa de Morena, aprobadas por mayoría, que evidenciaron sus diferencias internas.
ENTRE JALONES
Los temas preliminares de la pretendida reforma fueron: Inicio del proceso y empate de elecciones; Participación indígena; Candidatura común; Medios de impugnación; Operatividad del IEE; Financiamiento público y fiscalización; y Violencia política contra las mujeres y representatividad de minorías. Fue un proceso caracterizado por el enfrentamiento entre diputados y así finalizó, con el exabrupto del universitario Jorge Mayorga contra el panista Asael Hernández, al que pretendió arrebatarle el micrófono en plena votación y tuvo que ser reprendido por su correligionaria Corina Martínez, quien luego se llevó el codiciado aparato.
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