Agenda Setting 325
Florentino Peralta
09-30-2024
En su último día como presidente constitucional de México, Andrés Manuel López Obrador derramó lágrimas, aunque no por las miles de personas que murieron durante la pandemia de Covid, esa que dijo “nos cayó como anillo al dedo”.
Su llanto tampoco estuvo relacionado con el sufrimiento y decesos de las y los niños a quienes les negó su tratamiento contra el cáncer y tampoco por las víctimas del narcopoder que impera en México desde hace seis años.
Quienes padecen la furia de los desastres naturales, como Acapulco, que hace un año fue golpeado por el huracán “Otis” y ahora inundado por “John”, tampoco fueron el motivo del sollozo del autonombrado líder de la transformación.
Durante la conferencia mañanera de este lunes 30 de septiembre, la última de su sexenio, la que dijo estaría llena de alegría y bailongo, mientras Sinaloa arde entre balazos, López Obrador derramó unas lagrimillas de fin de sexenio.
La transmisión de una oda en su honor, interpretada por la cantante Eugenia León y la propia esposa del mandatario nacional, Beatriz Gutiérrez Müller, fue el motivo de la conmovedora expresión de nuestro “cabecita de algodón”.
Fue la conferencia mil 438 donde dicho canto reveló nuevamente la esquizofrenia del mandatario que se niega a entregar el cargo y que en los últimos 30 días hizo todo lo posible por dejarle a su relevo una silla muy comprometida.
"Quisieron los mafiosos desaforarlo, y el pueblo hizo cuanto pudo para salvarlo, dos veces le robaron la presidencia, pero valió la pena la persistencia, la tercera elección fue una revolución y con 30 millones de votos Andrés Manuel ganó”.
Y el remate es espectacular, inversamente proporcional a la polarizada realidad, que nos impuso, pues asegura, “que pronto se pasaron estos seis años, cuanto dolor sanamos y cuanto daño, y nos heredas un México sonriente”.
CONTINUISMO
Andrés Manuel López Obrador deja enfrentado al pueblo de México, a través de eficaces métodos de propaganda, como su conferencia mañanera, donde atacó a quien osara cuestionarlo o desmentirlo con cifras oficiales, polarizó a la sociedad y construyó una realidad alterna, basada en anacronismo. Su periodo constitucional llega hoy a término para dar paso a quien será la primera mujer presidenta de México, Claudia Sheinbaum, pero que recibe el mandato aprisionada y rodeada de fieles a Andrés Manuel López Obrador, como su hijo “Andy”. No se vislumbra un relevo, sino el continuismo, un más de lo mismo, precisamente, con él mismo.
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