El chat del Poder Judicial: nueve meses de unidad, crítica y esperanza
- Redacción
- 3 jun
- 2 Min. de lectura
Entre la norma y la justicia

Alfonso Verduzco
(06-03-2025)
En septiembre de 2024, con el inicio de la reforma al Poder Judicial, surgió un grupo de WhatsApp integrado por más de 500 personas servidoras públicas del Poder Judicial de la Federación del noveno Circuito.
Su propósito inicial fue crear un canal de comunicación ágil para fortalecer la unidad y defender nuestra institución.
El lema más recurrente entonces era claro y contundente: “Juez votado, corrupto asegurado”. Reflejo del profundo escepticismo hacia la propuesta de elección popular de juzgadores.
Con el tiempo, el grupo se transformó en un espacio de confrontación ante lo que, para muchos, fue una inacción por parte del liderazgo sindical. A partir de ahí, se canalizó la movilización para renovar esa representación gremial, dando paso a nuevas voces y formas de organización interna.
Posteriormente, el tono del chat migró hacia un ánimo más melancólico. Se convirtió en un espacio donde predominaron expresiones de desánimo —y, en menor medida, de esperanza— ante lo que estaba ocurriendo en esta amada institución, particularmente frente a los amagos de eliminación de derechos adquiridos y prestaciones históricas.
Hace poco, como suele suceder en redes sociales, una pregunta sencilla detonó un nuevo capítulo:
“¿Quiénes de este circuito están inscritos como candidatos?”
Esa sola pregunta abrió paso a una dinámica distinta. Surgió, de forma espontánea, una campaña de difusión sobre quienes —compañeras, compañeros e incluso titulares— decidieron ejercer su derecho constitucional a votar y ser votados, participando legítimamente en la elección extraordinaria conforme a las normas vigentes.
A partir de ello, el chat transitó, al menos parcialmente, hacia un tono más propositivo, enfocado en compartir perfiles, trayectorias y propuestas. Al mismo tiempo, surgieron también voces críticas que, en pleno ejercicio de su derecho a disentir, manifestaron su desacuerdo con el proceso electoral y con la participación en el mismo.
Y es aquí donde vale la pena detenernos.
Este grupo demuestra que la democracia no se agota en la coincidencia: la democracia se fortalece en la discrepancia.
Porque no se trata de pensar igual, sino de saber convivir con respeto, reconociendo que la diversidad de opiniones es el pilar de una convivencia democrática madura.
Llevamos ya nueve meses de este espacio de comunicación.
Ha habido desencuentros, desacuerdos y también momentos de unión. Pero si algo compartimos todas y todos, es el profundo deseo de ver un México más justo, más fuerte y más digno.
Hoy más que nunca, hagamos del respeto la regla, no la excepción. No se trata de pensar igual, sino de saber convivir con respeto, por un Poder Judicial que todos necesitamos: independiente, preparado y profundamente humano.
La elección nos dividió, el respeto nos puede unir.
En X @Alfonso Verduzco
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