¿Cómo se justificará ahora Amieva?
Florentino Peralta
02-01-2021
El asesinato del presidente del Consejo Internacional de Empresarios, Martín Rodríguez, vinculado con una empresa “fantasma”, apunta hacia la breve, pero amañada gestión de José Ramón Amieva como jefe de gobierno de la CDMX.
Actualmente presidente municipal de Mixquiahuala, Hidalgo, el referido político despachó durante nueve meses en la capital mexicana, luego que Miguel Ángel Mancera abandonó el cargo para poder refugiarse como senador perredista.
Hace apenas tres semanas este espacio publicó la relación entre Amieva, la constructora Xicuco Asfaltos y su secretaria de Obras Públicas Municipal, Sandra Leticia Olguín Candelaria, así como su consecuente conflicto de intereses.
Justificó entonces ante integrantes de su gabinete que aquel cuestionamiento periodístico, definido por él como un ataque, era patrocinado por el gobierno del estado que encabeza Omar Fayad y en consecuencia prefería ya ignorarlo.
Qué dirá ahora, pues su implicación en el presunto lavado de 976 millones de pesos, cuando fue jefe de gobierno capitalino, fue dada a conocer por El Universal y su nexo con Martín Rodríguez fue abordado por el diario español El País.
José Ramón Amieva regresó a su tierra natal al quedarse sin opciones en la capital mexicana, donde traicionó a Miguel Ángel Mancera para no ser perseguido por Claudia Sheinbaum y el régimen de la cuatroté, aunque infructuosamente.
Se impuso como candidato de Morena al ayuntamiento de Mixquiahuala y ganó, pero la corrupción del pasado lo persigue y quizá lo alcance antes de postularse al gobierno del estado en 2022, pues no piensa conformarse con su alcaldía.
EL CALCETÍN
Lo lamentablemente gracioso es que no puede con lo que tiene y quiere más, pues gobierna una tierra que desconoce, donde queda preso de las sugerencias de sus colaboradores, las plantea al Cabildo como propias y se exhibe a sí mismo, pues las y los regidores rechazan dichas ocurrencias, que dicho sea de paso, y ya para quitarnos lo serios, han derivado que la ciudadanía lo conozca popularmente como El Calcetín, es decir, abre la boca para meter la pata. En cuanto a Martín Rodríguez, no existe registro que en verdad aglutinara empresas, solo fantasmas.
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