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Agenda Setting 9

Tras López Obrador

Florentino Peralta


09-03-2018


El gobernador del estado de Hidalgo, Omar Fayad Meneses busca trato directo con el presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador. Antes deberá subsanar pendientes políticos para revertir la percepción provocada por los acontecimientos ocurridos desde junio pasado, y a juzgar por la mesura mostrada recientemente por Morena, esta operación política ya comenzó.


Rotativos de circulación nacional consignaron la semana pasada la postura de los 14 gobernadores emanados del Partido Revolucionario Institucional (PRI) durante la reunión que sostuvieron con López Obrador, donde señalaron que el pacto federal no conoce de autoridades intermedias y que sus delegados en los estados no pueden sustituir ni enfrentar a los mandos democráticamente electos.


Según los reportes periodísticos, Fayad Meneses apuntó en aquel momento que la relación será con el Presidente, y en su caso con los integrantes de su gabinete, mientras que el delegado es una figura de coordinación con la cual habrá que tener un buen entendimiento, un buen diálogo y nada más. En el caso de Hidalgo se trata de Abraham Mendoza Zenteno, aún dirigente de Morena.


Ese día, pero desde Pachuca, el mandatario ofertó a Hidalgo como importante polo industrial de desarrollo para atraer la atención de López Obrador y se reiteró listo para trabajar con él, para brindarle ayuda dijo, y agregó que esperaba hacerlo más allá de visiones sectarias, partidistas, políticas o de procesos electorales que nublen la vista, ya que la gente quiere obtener un mejor lugar nacional.


En la entrega del pasado 13 de agosto este espacio expuso que la coyuntura entre la administración estatal, el Grupo Universidad y los dirigentes de Morena podría significar una oportunidad para que el jefe del Ejecutivo estatal comenzara a cerrar frentes para concentrarse en la movilidad de programas gubernamentales y sostener acercamientos políticos que le dieran aún mayor fortaleza.


INTERCAMBIO

Aunque no se han enunciado los acuerdos con el Grupo Universidad, agosto parece constituir un momento toral en la reconfiguración de las relaciones políticas en la entidad, ya que fue desactivada la participación de la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo (UAEH) en la marcha convocada por Morena y unos días después fue liberada la coordinadora de administración y Finanzas de esa casa de estudios, vinculada a proceso por incurrir en supuesto delito electoral.


La distancia entre el gobierno estatal y los liderazgos locales y nacionales de Morena se incrementó cuando éstos últimos leyeron las reformas aprobadas por la ya extinta LXIII Legislatura local como una mala señal para la reconciliación. Recomponer esta relación, como parece que ya ocurre, sería la vía para garantizar gobernabilidad, intentar reposicionar la percepción del presidente electo y con ello, avanzar en el cierre de los frentes políticos abiertos.

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