¡Abrazote!

Osteoporosis

José Raquel Badillo Medécigo

(Seudohumorista)

(07-10-2025)

Todos los caminos conducen a Romo -perdón a Roma- Refrán popular reblanqueado.

Después de que una casa de cambio fue mencionada desde los EEUU acusándola de lavar dinero -cabe señalar que no aportaron las pruebas requeridas por las autoridades mexicanas- algunos analistas sugieren que es parte de las declaraciones dichas por personajes recién acogidos al programa de testigos protegidos.

Lo cierto es que hoy en día las autoridades financieras sólo han detectado irregularidades administrativas, pero ello no implica que omitamos el humor involuntario que ofrece el tema.

Si hay una obra teatral que recurre al monólogo de la vagina, entonces por qué no crear diálogo teatral entre “Ya supones quien” (YSQ) con ARIEL (este nombre es ficticio, cualquier parecido con Romo es pura coincidencia).

Escenario: en una vecindad del siglo pasado, dos personajes de la política coinciden lavando ropa sucia -recordemos que la ropa sucia se debe lavar en casa-

YSQ.- Pásame la clave para blanquear la ropa, a propósito, dicen que EEUU acusa a una Casa de Cambio, donde los dólares quedan más blancos que una camiseta lavada por ti… ARIEL.

ARIEL.- ¡Cloro! Digo ¡claro! remoja la ropa, SALVO que tengas mucha prisa.

YSQ.- ¡FABULOSO! No se me había ocurrido, MAESTRO LIMPIO…

ARIEL.- Recuerda que preguntando se llega a ROMA.

YSQ.- Figúrate Ariel que odio a todos los fifís porque casi todos ellos militan en el partido AXIÓN Nacional.

ARIEL.- Pues son los únicos que se pasaron criticando la estrategia de “abrazos; no balazos”.

YSQ.- ACE, mucho tiempo que deje de traer un billete de 200 pesos en mi billetera, hoy en día sigo trayendo un billete, pero ahora es de mil…

ARIEL.- ¿de mil pesos?

YSQ.-¡No, de mil dólares! Por cierto, quiero lavarlo también… ¿Habrá ZOTE?

ARIEL.- ¿Sigues con tu mismo discurso? No obstante que no dio resultados, ahora no pides un abrazo; sino:  un ¡Abrazote!

YSQ.- No ARIEL, pregunto si “/HA/BRA/ /ZO/TE/” para lavarlo y quitarle las manchas…

(El telón cae con la misma lentitud que una denuncia en la fiscalía, la luz se vuelve ámbar y el escenario se funde en una elegante oscuridad fiscal. Se vale aplaudir).