Esquilo, Sófocles , Eurípides y Rachy
- Redacción
- hace 2 días
- 3 Min. de lectura
Osteoporosis

José Raquel Badillo Medécigo (Seudohumorista)
10-16-2025
Esquilo, Sófocles y Eurípides fueron dramaturgos griegos a quienes recordamos por haber escrito ¡puras tragedias!
Estos autores vivieron hace unos 2,500 años A. C., pero su legado perdura hasta nuestros días. Sus obras reflejan sin duda una enseñanza que la humanidad ha sabido aprovechar, pues casualidad o no, ningún hecho narrado ha vuelto a repetirse.
Si estos célebres dramaturgos hubiesen dejado escuela con su peculiar estilo literario, se hubiera transmitido de generación en generación hasta nuestros días, muchos acontecimientos que inciden en el México de hoy podrían ser develados a futuras generaciones con el único propósito de no repetirlos.
Ante la falta de pupilos fieles a los referidos griegos, Rachy se atrevió a escribir una tragedia contemporánea. Por favor tómela con la reserva requerida, pues el único propósito es invitar a la reflexión.
Además de sus obras, estos insignes dramaturgos acuñaron alguna frase que ha trascendido hasta hoy.
Esquilo. - “Incluso en la adversidad, la sabiduría puede florecer” y también sentenció “La justicia es el derecho de los dioses”.
Eurípides. - “El silencio es el más perfecto de los discursos”.
Sófocles. - “Nada en exceso”.
La tragedia más reciente acaecida en varias entidades a causa del fenómeno meteorológico trae una consigna natural de desolación. Resulta comprensible que quienes tuvieron pérdidas atraviesen por un letargo depresivo… mi solidaridad a ellos.
“El jefe de una empresa iba a realizar un viaje en avión. La noche anterior, el velador soñó que el jefe sufriría un accidente en ese vuelo. Preocupado, el velador llamó a su jefe para advertirle y aconsejarle no viajar. El jefe, al escuchar la advertencia, decidió no tomar el vuelo y, de esta forma, salvó su vida. Sin embargo, al día siguiente, el jefe decidió despedir al vigilante, ya que, a pesar de haber salvado su vida, el velador no cumplió con su deber principal, que era mantenerse alerta y vigilante durante la noche.”
Este trillado acertijo, puede traspolarse para hacer una parábola real, donde el gobierno es el empresario, y el velador representa a Protección Civil. Literalmente – Protección Civil – su función consiste en “velar” y no en “dormirse” ¿El velador será despedido?
Narraré tres semblanzas para hilvanar esta tragedia:
1) Recuerdo una escena de una película donde un magnate está en riesgo mortal, su guardaespaldas le advierte los peligros, pero el millonario no se intimida y simplemente lo ignora. Desesperado el guardaespaldas toma la drástica decisión de noquearlo por sorpresa para subirlo al automóvil y ponerlo a salvo.
Reflexión: El guardaespaldas era un erudito en seguridad e hizo todo lo conducente para salvaguardar aún en contra de la voluntad de su protegido.
2) Hace años cuando aún no estaba en boga la I.A. por correo electrónico vi un video de una felina se acerca a un hombre, se muestra cabizbaja para indicar que no quiere atacar, sino que requiere ayuda; el hombre la sigue con mucha precaución y lo conduce hasta donde se encuentra su cachorro atrapado entre dos árboles. El hombre libera al cachorro y la fiera le lengüetea la mano en agradecimiento.
Reflexión: es sorprendente como los animales pueden comunicarse o darse a entender con los hombres; es una lástima que entre los seres humanos aún teniendo el mismo idioma no se logre la comunicación.
3) En el libro de Génesis, Noé advirtió a la población sobre el diluvio, pero fue ignorado.
Reflexión: Noé sabía la magnitud del peligro, pero nadie le hizo caso.
Dice un conocido proverbio:
“Después de que el barco se hunde, todos saben cómo se pudo haber evitado” hoy me acojo a este principio.
Como escritor, pero sobre todo como ciudadano me hubiese gustado narrar en este espacio una analogía con un bonito final. Donde – Protección Civil – siendo doctos en la materia de riesgos, hubieran asumido el rol del guardaespaldas ante las autoridades civiles… así como en la referida película.
Que en un caso más extremo – Protección Civil – hubiese adoptado una forma para darse a entender con las autoridades civiles quizás obstruyendo personalmente el paso para llamar así la atención requerida.
Y como última opción, – Protección Civil – asumir el papel de Noé y pregonar por cuenta propia el riesgo inminente. Incluso también al respecto hay un celuloide, donde el protagonista que es un militar desobedece flagrantemente a su superior, quien le indica volver a la base.
¡El militar ignora los llamados y actúa con sentido común y a motu proprio alcanzando así el objetivo!
¡Como nada de esto sucedió, esta narrativa puede ser clasificada en el rango de las Tragedias!
Hola José Raquel, eres preciso y conciso, haciendo uso de la metáfora cómo pocos.