Wilde
- Redacción
- 15 may
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Osteoporosis

José Raquel Badillo Medécigo
(Seudohumorista)
05-15-2025
Hay escritores que pretenden subirse a los temas políticos o de debate para ganar popularidad.
Si bien, es cierto, es un recurso válido, también es cuestión de principios personales.
En muchas circunstancias, al embarcarse en una polémica, el autor queda marcado por el suceso.
Sugiero que, si alguien desea atraer los reflectores, utilice mejor más trabajo, perfeccione su estilo o siga picando piedra para alcanzar el éxito. O también apueste a las redes sociales y se convierta en youtuber.
Un caso contundente -no debo desaprovechar la oportunidad para hacer una crítica- de un artista que en realidad creo que es un literato novel, sin trascendencia alguna. Tan pronto el expresidente Ernesto Zedillo entró en dimes y diretes con la presidenta del país, Oscar Wilde le escribió ¡un libro!: “La importancia de llamarse Ernesto”.
No es que yo le tenga envidia a Oscar, es más, ni lo conozco, pero doy mi palabra de que nada más por pura curiosidad, compraré su libro. Un libro que seguramente Zedillo pagó con las regalías y dividendos que obtuvo por el Fobaproa.
Si algún día llego a ver personalmente a Oscar Wilde, le sugeriré que se dedique a otro oficio, o si es tanta su terquedad que escriba sobre los EE.UU. Por ejemplo, que lo titule como: "El Gigante Egoísta". Y si no quiere hablar mal de ese país por cuestiones de que luego niegan las visas, entonces que hable de Guillermo, hijo de Carlos III y Diana -QEPD- y lo intitule: “El Príncipe Feliz”.
¡Ah!, que don Oscar, queriéndose ganar una beca fifí
Aquino A. Prieto
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