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Agenda Setting 191

Salvador Franco, flamante rector

Florentino Peralta


05-01-2022


Bien dicen que la primera impresión jamás se olvida, aunque en este caso se trata de su historia de vida, pues el inexplicable nuevo rector de la Universidad Tecnológica del Valle del Mezquital estuvo solamente un ratito y se fue.


Y es que por eso es conocido Salvador Franco Cravioto, por permanecer poco tiempo en su centro de trabajo, bueno también es identificado por meterse en lo que no le incumbe y por haber sido despedido por presunta corrupción.


Trabajadores académicos y administrativos se sorprendieron, primero porque fue nombrado sin méritos de por medio, luego porque el día de su presentación se fue temprano y no regresó hasta el siguiente, por cierto, ya pasado el mediodía.


Este personaje, que allá por 2005 se inventó sin éxito una organización de jóvenes priistas que solicitaba ropa usada para a su vez regalarla mediante recorridos por la necesitada zona de Valle de San Javier, en Pachuca, es ahora un rector.


Su paso más recordado por la administración pública, donde tampoco es que haya tenido muchos o importantes cargos, fue como director general del Instituto Hidalguense del Deporte el sexenio pasado, de donde sí, lo destituyeron.


Aunque nunca se presentó denuncia, su despido fue por presunto desvío de recursos y pese a que tocó todas las puertas que pudo, la indicación emanó desde el cuarto piso y eso que durante aquella administración hubo varios ratones.


Y como también destaca por su poca tolerancia a la crítica y el señalamiento, para luego pasar a la negación, basta recordar que, entre lo menos, era sabido que pedía su “feedback” de 20 por ciento a los proveedores, hasta a los del agua.


Intentó culpar a sus colaboradoras cercanas, pero finalmente él era responsable de su gestión y en su cadena de errores hasta presumía una gran relación con el entonces senador y próximo candidato priista a gobernador, Omar Fayad.


Solo que presumir hace seis años los mensajes de WhatsApp que intercambiaba con el aludido no le alcanzó para incrustarse inmediatamente en su gestión, tuvo que esperar 14 meses para asumir un cargo simbólico en la CDHEH.


Ahora, de manera inexplicable y tras protagonizar versiones que lo mismo lo situaba como protagonista de un conato de bronca en el alcoholímetro, que como integrante en la campaña del morenista Julio Menchaca, apareció de rector.


PÓNGAME DONDE HAY

La máxima reza que no deben desperdiciarse líneas en tipos de poca monta. Sin embargo, no debería pasar desapercibido que las universidades tecnológicas y politécnicas representan recursos tanto federales como estatales, que el margen de maniobra sobre ellos es amplio y que este nuevo rector carga con el estigma de haber defraudado a la administración pública, solo que corrió con la suerte de que el otrora todo poderoso Miguel Ángel Cuatepotzo Costeira, que en paz descase, prefirió dejarlo todo en su destitución hacia el cierre del sexenio pasado y ahora se pavonea ante propios y extraños que la rectoría se la dio “Omar”.

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