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La Revolución Mexicana

  • Redacción
  • hace 1 día
  • 3 Min. de lectura

Osteoporosis

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José Raquel Badillo Medécigo

(Seudohumorista)

11-20-2025


“Si no puedo bailar, no es mi revolución” Emma Goldman.

Hoy, 20 de noviembre se celebra el 115° aniversario de la Revolución Mexicana, omitir este tema además de ser un sacrilegio patriótico, es desperdiciar la ocasión para encontrarle sus diversas fases picarescas, irónicas o peor aún ¡de crueldad!


A Venustiano Carranza se le atribuye la siguiente anécdota cuando lee un telegrama, notificándole: “General Carranza, estamos evacuando Piedras Negras”. Él respondió: Será porque ayer tomamos ¡Agua Prieta!


Y de Doroteo Arango, mejor conocido como Pancho Villa, causó una verdadera masacre en la comunidad San Pedro de la Cueva, hoy municipio del mismo nombre en el estado de Sonora. Se cuenta que Pancho Villa regresaba a Sonora, con un ejército menguado. Mandó una avanzada, los pobladores de ese lugar estaban organizados para defenderse de gavilleros y ladrones, al verlos armados, se enfrentaron a ellos y mataron a algunos de los suyos, otros más fueron hechos prisioneros.


Al llegar Villa a ese lugar sometió al pueblo hombres y mujeres; 135 varones de todas las edades y en grupos de 4 a 6 integrantes fueron ejecutados.

El sacerdote de ese lugar en vano trató de disuadirlo para detener la masacre, en el primer intento, lo corrió del lugar, pero el sacerdote no se amedrentó en su insistencia. Sin embargo, no logró evitar que corriera más sangre y también fue victimado.


Las mujeres lloraban clamando piedad, fue el coronel Bracamontes, quien consternado de ver muertos a tanto inocente, sacó su arma y retó a Villa. Villa detuvo las ejecuciones, pero ya habían ejecutado a 80 personas… ordenó quemar al pueblo y violar a sus mujeres.


Hoy, esa masacre se recuerda en una placa metálica de ese lugar con un listado de las víctimas, algunos oriundos de China, otros más fuereños. Solo conociendo la historia podemos contextualizar lo ruin que resulta decirle a alguien ¡Ay, hijo de Villa!


También de este polémico personaje se dice que la compañía cinematográfica Hollywoodense Mutual Film Company, desembolsó 50 mil dólares para grabar en exclusiva sus batallas, Francisco Villa, sumó a su ejército a los productores, en algunas ocasiones retrasaba su lucha para mejorar el celuloide con la luz natural.


Como dato curioso, Francisco Villa, se convirtió en la primera estrella mexicana de Hollywood, protagonizando el rodaje mudo titulado The Life General Villa.


Sin duda, el ingenio popular explaya su humor con el juego de palabras sobre una pregunta expresa: ¿Quién mató a Obregón? Respuesta: “Cállese y Pórtese bien” (Calles y Portes) La respuesta implícita de dos presidentes que gobernaron después del asesinato del presidente (reelecto) Álvaro Obregón.


Esta anécdota cargada de humor fino, jugando con el doble sentido de las palabras, pero… si de doble sentido se trata, que mejor ejemplo que rememorar los versos de “Marieta” y “La Valentina”:


Marieta, no seas coqueta/porque los hombres son muy malos/ ofrecen muchos regalos/ y lo que dan son puros palos.


Su mamá dijo a Marieta/Deja ya la pretensión/Déjate crecer el pelo/ Y el vestido tan rabón/ Porque la mujer que tiene/El vestido tan cortito/Cuando llega así agacharse/Se le mira muy bonito.


La Marieta fue a un mandado / Que su mamá le encargó / Pero estando en el mercado / A su novio se encontró / Cuando regresó a su casa / Su mamita le pegó / Porque un quinto del mandado / En la calle lo perdió… Sus versos son tan explícitos que no requieren un comentario adicional.


Y lo mismo pasa con “La Valentina”:

Valentina, Valentina / Yo te quisiera decir / que una pasión me domina / Y es la que me ha hecho venir…

Y venir no se refiere al verbo ir hacia o dirigirse con dirección del interlocutor.


Y así como el verbo venir tiene dos acepciones, también hay una anécdota pre revolucionaria de Sóstenes Rocha, cuando en una fiesta una bella dama le preguntó en público en el desarrollo de una fiesta, que le causaba mayor placer, Sóstenes le respondió picarescamente: Mi mayor placer es cuando me “vengo” - la dama se ruboriza – al tiempo que Sóstenes explica: ¿Acaso no ha escuchado que la venganza es el placer de los dioses?


 
 
 

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